Ahora empiezo a comprender por qué los nobles, los hidalgos y los burgueses se pirran por la ópera. Yo, del vulgo estudiantil, no había probado aún las mieles de tan brillante y mágico espectáculo pero, desde ayer, soy un hombre nuevo. Abierto a la cultura, al jardín de las voces celestiales, a una de las más bellas expresiones del arte...
Hacia tiempo que no me emocionaba, concretamente desde que vi "Chatrán" (con 6 años; por cierto, Rodri, coméntala en tu blog), pero he de reconocer que en la ópera es imposible controlar las emociones. Sé que estoy sonando bastante exagerado y pedante pero... ¡leñe me ha gustado el invento!(como diría doña Rogelia). Y es que no es teatro, ni cine, es un torrente de energía, de esfuerzo continuo, de sincronización y de notas de vértigo. Nunca me imaginé que una sola persona pudiera llenar con su voz un espacio tan enorme como un teatro. Cuando la orquesta baja la intensidad y cede las riendas al artista es cuando comprendes lo que es el talento. Por otra parte hay que subrayar que existe un diálogo sublime entre la música instrumental y las voces en la escena. Una especie de juego que pasa por etapas de cooperación, desafío, lucha, pasión...
Ni un solo ruido. Cuando la obra se encuentra en los picos de intensidad. Cuando todo el mundo tiene el alma entregada y arrodillada a la genialidad de la soprano. Uno siente verdadero pavor a que le entren las ganas de estornudar, o que a algún incauto le suene el móvil. Son momentos en los que el tiempo no importa. En los que uno se pregunta si se difuminará la última nota o permanecerá ahí para siempre, enterrada en la mente como las inolvidables pinceladas de un van Gogh. Y es que da la sensación de que los seres que representan la pieza no pertenecen al común de los mortales, parecen las figurillas preferidas de un escultor en las que ,orgulloso, ve reflejado el súmmum de su destreza. Ahora comprendo el término "diva" o "divo" con más exactitud. No reprocho el orgullo y casta de estas personas excepcionales. Prefiero consentir sus extravagancias que las de algún famosillo de poca monta, a fin de cuentas no me perderé gran cosa si no escucho a Ramoncín, pero seguro que mi cultura estará huérfana si ignoro a Callas o Pavarotti.
Sobre la ópera que presencié: Lucia di Lammermoor, pecaría de incauto si la describiera o intentara comprender y criticar sus sutilezas. Simplemente decir que es una trama sencilla (como me han explicado que suelen ser las óperas). Similar a Romeo y Julieta:
La acción se desarrolla en Ecosse, a finales del siglo diecisiete. Dos familias rivales enfrentadas: los Ashton y los Ravenswood. Lord Enrico Ashton quiere recuperar la pujanza de su familia casando a su hermana Lucia con Arturo, un hombre influyente. Pero hay un ligero problema, Lucía está enamorada de Edgardo de Ravenswood el enemigo de Enrico (que casualmente la salvo de la embestida de un toro en el bosque). La situación es bastante tensa porque Enrico, el hermano de Lucía, mató al padre de Edgardo y arrebató los bienes de su familia... Vamos que saltan chispas. Está el cura de por medio que hace un papel muy interesante y luego hay una escabechina en la que mueren Arturo, Lucía y Edgardo. Por este orden y en diferentes circunstancias.
Solo puedo destacar que el papel de Lucía es el más espectacular y que según la responsable del teatro (que nos explicó un poco el tema) en esta ópera la soprano (Lucía) alcanza notas altísimas y de una gran complejidad técnica. Además hay un momento delicioso en el que hay un diálogo entre la soprano y una flauta. Que consiste en una serie de melodías interpretadas sucesivamente como si la voz de la soprano quisiera imitar a la flauta y viceversa. Un lujo.
Bueno, el siguiente artículo volverá a ser de coña, en este me he refinado un poquillo.
Además acabo de salir de la ópera y por lo tanto mi entusiasmo es bestial, ruego que me perdonéis mis excesos gongorianos. Pero bueno ya me conocéis más o menos.
Un ejemplo válido (Los Hermanos Marx no suelen hacer ópera pero estos "hermanos" se defienden):
Nessun dormaNessun dorma! Nessun dorma!
Tu pure, o Principessa,
nella tua fredda stanza
guardi le stelle che tremano
d'amore e di speranza!
Ma il mio mistero e chiuso in me,
il nome mio nessun sapra!
No, no, sulla tua bocca Io diro,
quando la luce splendera!
Ed il mio bacio sciogliera
il silenzio che ti fa mia!
(Il nome suo nessun saprá!...
e noi dovrem, ahimé, morir!,morir!)
Dilegua, o notte!
Tramontate, stelle!
Tramontate, stelle!
All'alba vincero!Vincero! Vincero!
Traducción al español
¡Que nadie duerma! ¡Que nadie duerma!¡
Tú también, princesa,
en tu fría estancia
miras las estrellas
ue tiemblan de amor y de esperanza!
¡Mas mi misterio se encierra en mí,
mi nombre nadie sabrá!
¡No, no, sobre tu boca lo diré,
cuando resplandezca la luz!
¡Mi beso deshará
el silencio que te hace mía!
¡Noche, disípate!
¡Pónganse las estrellas!
¡Pónganse las estrellas!
¡Al alba venceré!¡Venceré, venceré!
Después de escuchar esto le entran a uno unas ganas irrefrenables de seguir viviendo. ¿Es magia?.
Nos vemos amigos. Antes de partir un regalo:
Groucho canta otro tipo de cosas:
Alegría para todos.
Por cierto dos huevos duros... no que sean tres.
Au Revoire como dijo voltaire.